Son detalles; aquellos que te hacen recordar a las personas que te rodean. Algunos para bien, otros para mal. Algunos te sacan una sonrisa de oreja a oreja, otros te entierran en tristeza. Son detalles, los que te hacen darte cuenta de que algunas cosas cambian. Aunque sigan siendo, en el fondo, lo mismo. De los detalles depende que notemos cuando algo esta bien o esta mal; hacen que pensemos las cosas de otra manera, que puede o no ser una interpretacion correcta. Antes, conmigo solian tener detalles: gestos que me llenaban de alegria, que podian tornar mi dia mas gris, en un dia completamente bueno. Ahora simplemente parece que no hay tantos detalles como solia haberlos. Creo que me mal acostumbré. He decidido no pensar en los detalles que echo en falta; no me gusta la forma que tiene mi mente de transformar un grano de arena en una montaña, de malinterpretar cualquier incidente, cualquier accion... Y acabar quedando como un estupido ante algo que tenia claro desde un principio, y sobre lo que dude por una tonteria. Aún así, prefiero mil veces pensar eso, y que nunca sea verdad, a descubrir alguna vez, que aquello que temía se hiciera realidad. Ese día, que espero que nunca llegue, recordaría todos los detalles, todos y cada uno de ellos. Sentiría una avalancha de emociones, que me desbordaría, y acabaría conmigo. Acabado, derrotado. Pensando aun, donde quedaron todos esos detalles, que en su momento eran únicos y exclusivos para mi. Y seguir pensando, que todo los detalles que yo habia obsequiado, se perdian; que se desvanecia un verdadero sentimiento.
Evito pensar, cada vez más. Y a veces creo que sería menos duro, si yo tambien empiezo a dejar de obsequiar tantos detalles... Pero soy incapaz de expresar lo que siento, y a veces doy más de lo que recibo.
Casi nunca se me considera, pero espero algun dia poder tener los detalles que merezco, provenientes de aquellos a los que doy los detalles.
¿Tan dificil resulta pedir reciprocidad?